Jardín de la paz

CREACIÓN DEL «JARDÍN DE LA PAZ» EN COGOLLOS DE LA VEGA 

PREMISA 

El olivo está muy extendido en toda la cuenca del Mediterráneo desde tiempos inmemoriales. En efecto, se le considera el primer árbol en haber sido introducido en la agricultura, mucho después de que el hombre aprendiera a cultivar especies herbáceas. La «domesticación» del olivo no fue posible hasta que el hombre se dio cuenta de que, enraizando propágulos de gran tamaño, su multiplicación resultaba sumamente fácil. El olivo empezó a cultivarse hace unos 6.000 años en Oriente Próximo. Desde allí fue extendiéndose por toda la cuenca mediterránea, donde cada pueblo (valle, oasis …) procedió a seleccionar y clonar los mejores árboles en función de criterios como el tamaño de los frutos, el rendimiento en aceite, etc., lo que dio lugar a distintas variedades (variedades cultivadas, cultivares). 

El olivo siempre ha sido un cultivo de secano, asociado a menudo con otros cultivos, herbáceos o leñosos, y casi siempre cultivado en tierras pobres y marginales. Debido muy probablemente a su escasa productividad, durante siglos los cultivadores intentaron encontrar nuevas variedades. Estas selecciones se efectuaron en un primer momento a partir de los bosques cercanos de cada zona y, más adelante, recurriendo a la descendencia obtenida y posteriormente a raíz de la expansión de las civilizaciones de una región a otra (Fenicios, Griegos, Romanos y Árabes a lo largo de la cuenca mediterránea, y Españoles y Portugueses desde Europa a América). El resultado de todo aquello es que cada zona olivarera cuenta hoy en día con una o, como máximo, dos o tres variedades principales y otras varias de menor importancia en términos de superficie o productividad. Debido a las dificultades para transportar en el pasado los propágulos de gran tamaño, los cultivares de cada zona no se han difundido a grandes distancias de sus lugares de origen, sino que se han mantenido en las zonas adyacentes. 

La recolección y la conservación de la biodiversidad del olivo han sido una actividad muy importante en todos los países olivícolas del mundo. Sin embargo, la organización internacional que utilizando la misma metodología de trabajo ha implementado un proyecto para la “CONSERVACIÓN, CARACTERIZACIÓN, RECOLECCIÓN Y UTILIZACIÓN DE LOS RECURSOS GENÉTICOS DEL OLIVO – OLEA EUROPAEA” ha sido el Consejo Oleícola Internacional. 

Dicho proyecto se ha realizado en 22 países que han caracterizado sus variedades autóctonas y creado en cada país una colección nacional de referencia donde se conserva gran parte del material autóctono. Los primeros países que participaron a dicho proyecto fueron España, Francia, Grecia, Italia, Portugal Argelia, Túnez, Egipto, Marruecos, Siria, Eslovenia, Croacia, Chipre, Israel, Líbano, Irán, Jordania Argentina, Albania, Turquía, Montenegro y Uruguay. Además de las 22 colecciones nacionales, se han creado también 3 

colecciones internacionales donde los países participantes están enviando sus variedades para que estas colecciones internacionales alberguen la variabilidad genética de la especie “Olea europea”. 

La importancia de tener estos recursos genéticos en tres colecciones internacionales ubicadas en aéreas geográficas diferentes, ofrece una garantía para la conservación. 

Los objetivos principales del proyecto RESGEN son: preservar la riqueza y la variabilidad de los recursos genéticos del olivo, tanto en las colecciones nacionales como en las colecciones internacionales; recuperar el germoplasma perdido o no identificado y aprovechar este patrimonio genético para ayudar a mejorar la calidad del aceite de oliva y hacer de esta forma un cultivo sostenible del olivo velando para que las variedades cultivadas sean adecuadas al medioambiente; convertir el cultivo del olivo en una herramienta para la lucha contra la erosión y la desertificación, y frenar la fuga de población de las zonas rurales hacia las ciudades. 

Hasta la fecha, la totalidad de las accesiones recuperadas por los países participantes al proyecto asciende a cerca de 1300. 

OBJETIVO DEL PROYECTO EN COGOLLOS DE LA VEGA 

El objetivo principal de este proyecto es crear un olivar en Cogollo de la Vega, un «Jardín de la Paz», con olivos que proceden de los países de la cuenca mediterránea con una cultura monoteísta como testimonio de paz y tolerancia entre los pueblos. Cogollo de la Vega se convertiría así en protagonista con el aceite, principal producto de su territorio, proponiendo una historia milenaria y mística. 

De hecho, el proyecto prevé recuperar una variedad representativa de cada país que participó en el proyecto mencionado anteriormente y crear un jardín de paz, cuyas plantas se cultivan en los países pertenecientes a las tres religiones monoteístas. Todo esto para que a la sombra del árbol de la paz podamos encontrar un clima de tolerancia en un momento de inestabilidad e incertidumbre como el que atraviesa el mundo moderno en esta época tan difícil. 

Esta planta ha sido tan importante en la cultura de los países que también ha jugado un papel decisivo en el aspecto religioso. De hecho, tanto en la tradición judía, cristiana como musulmana, esta planta adquiere un peso de gran importancia. 

El olivo de la tradición judía y cristiana 

En la Biblia aparecen más de doscientas alusiones al árbol del olivo y al aceite de oliva. Una de las apariciones más importantes del olivo se muestra en la Génesis (8: 8-12), cuando Noé, después del diluvio universal y de 40 días a la deriva, envía una Paloma para comprobar las condiciones en las que se encuentra la Tierra después del terrible suceso. En el séptimo día, la Paloma le trae una rama de olivo verde como prueba de que las aguas han retrocedido y que finalmente Dios ha hecho la paz con los hombres. Pero son muchos los testimonios del papel que también juega esta planta en nuestra religión. La palabra Mesías (del hebreo) y Cristo (del griego) significa «ungido», porque en la antigüedad solo se rociaba a los reyes con aceite. Además, la palabra Getsemaní, que normalmente traducimos como Huerto de los Olivos, significa en realidad almazara, y fue en el Huerto de Getsemaní donde Cristo fue arrestado. Pero no solo eso, hay que tomar en cuenta también cómo el aceite de oliva introduce al niño en la comunidad cristiana durante el bautismo y bendice a los enfermos durante la última unción. 

El olivo en la tradición islámica 

En la tradición islámica, el olivo es el árbol por excelencia, el eje central que mueve el mundo. El olivo es la planta bendita asociada a la luz: el aceite de oliva alimenta las lámparas que iluminan los espacios más sagrados como las mezquitas. El olivo está representado tanto en el Corán como en Hadiz, donde el Profeta dice: «Alimentaos con aceite de oliva y rociaros vuestra piel porque este árbol es un árbol bendito». 

Método de ejecución 

El proyecto tiene como objetivo multiplicar por esquejes las plantas de una variedad por país representado en la colección mundial y de disponer de al menos dos plantas por variedad. Se trata de 19 cultivares cuya lista aparece junto a este documento. Los trabajos de selección de las plantas, de predisposición del banco de multiplicación y crecimiento de las variedades protegidas de vectores patógenos, serán realizados por expertos del sector que entregarán un certificado sanitario y genético de estos cultivares. Esta fase del proyecto tendrá una duración de unos meses. Una vez que las plantas estén listas para el transporte, serán trasladadas a Cogollo de la Vega y entregadas al responsable designado por el ayuntamiento. 

Cada variedad irá acompañada de una descripción agronómica y comercial que luego deberá colocarse en un expositor especial frente a la planta para que las personas que vayan a visitar el jardín de la paz puedan conocer la variedad en cuestión. El proyecto entregará una descripción para cada variedad en español. Por supuesto, sería recomendable tener estas descripciones traducidas al menos al inglés y que luego, a través de un código QR, cualquier turista pueda recibir la misma información directamente en su teléfono móvil. El proyecto también puede hacerse cargo de la traducción al inglés y al francés con un costo adicional. 

El proyecto podrá contar con el asesoramiento de un agrónomo para la puesta en campo de las variedades, pero el manejo y la gestión correrán a cargo del ayuntamiento. El 

asesoramiento del experto se limitará a la plantación de las plantas y a la entrega de un protocolo de manejo de estas, así como a una visita al Jardín de la paz al menos 3 veces durante el primer año para evaluar el estado de las plantas y dar sugerencias. 

El coste del proyecto descrito asciende a 3.000 euros. 

Servicios opcionales adicionales 

Traducción al inglés y francés de las fichas de variedades: 300 euros por idioma. 

Asesoramiento del experto: 1500 euros